Si vives en los barrios de Sant Antoni, Eixample ó Sants, existe una cafetería tranquila y perfecta para ir con niños: la cafetería del edificio de la ONCE, con una gran terraza interior para que los niños jueguen mientras tomáis algo.

CAFETERÍA DE LA ONCE

La delegación territorial de Cataluña de la ONCE (Organización Nacional de Ciegos Españoles) tiene su sede en la calle Sepúlveda núm 1 de Barcelona. Es un edificio moderno, de 44.000 metros cuadrados, seis plantas de altura y tres sótanos. Se trata del mayor equipamiento de Europa para personas ciegas ó con problemas agudos de visión.

El edificio se rehabilitó completamente en el año 2007. Como probablemente recordarás, anteriormente en este inmueble se hallaba uno de los Canódromos más emblemáticos de Barcelona, el conocido como «Pabellón» -la ciudad ha tenido siete canódromos desde 1932, en diversas ubicaciones-.

El inmueble de la sede catalana de la ONCE cuenta con una unidad de recursos educativos, un centro de rehabilitación para personas que han perdido la vista recientemente, una biblioteca especializada en discapacidad, una piscina adaptada a la práctica del deporte paralímpico, y un gran auditorio con más de 400 butacas.

Nosotros acudimos a menudo a su cafetería, más concretamente a la terraza interior de la cafetería, que ocupa buena parte de una isla interior del Eixample. Un lugar donde solemos quedar con amigos y niños pequeños, porque los peques pueden correr y jugar tranquilamente en la terraza interior, que suele estar bastante tranquila y protegida del sol por unas sombrillas.

Los precios de la cafetería son muy correctos, los bocatas de fuet o de jamón ibérico son espectaculares, y además si tienes que ir con los peques al lavabo te encuentras con unas instalaciones amplias, adaptadas y sin barreras arquitectónicas. Ideal si vas con un cochecito de paseo, como es nuestro caso.

La cafetería interior sí tiene más ocupación, pero para los niños es una fascinación observar a los perros lazarillos, serenos y trabajadores. A menudo los dueños permiten a los niños que se acerquen a acariciarlos y les hablan, orgullosos, sobre las habilidades de sus perros. Es un momento que los peques no van a olvidar.

Y para los padres es una ocasión perfecta para hablar con los niños sobre la diversidad y la discapacidad. El mundo está lleno de personas, animales y cosas, todos somos diferentes, pero con muchas cosas en común.

También puedes enseñarle a los peques cómo el diseño del edificio ha sido pensado para facilitar al máximo la movilidad de las personas ciegas o con poca visión:

Las baldosas cercanas al edificio tienen una rugosidad especial.
En la entrada hay una fuente para reconocer el sonido del agua y saber que estás en la puerta.
Las aristas de las paredes están redondeadas.
Los rótulos están en lenguaje Braille.
Hay muchos deportes nuevos que probablemente tus peques no conozcan y se ven allí representados, como el goalball.