Hoy voy a hablaros de una ruta y excursión perfecta para conocer el Castaño de Can Cuch, un árbol espectacular que se encuentra en la ladera sur del macizo del Montseny, en el término municipal de Cànoves i Samalús (Vallès Oriental).

RUTA FAMILIAR HASTA EL CASTAÑO DE CAN CUCH

Teníamos curiosidad por saber cómo sería meternos dentro de un árbol y es que su tronco está hueco y es muy amplio, casi parece una casita de cuento. Es una ruta sencilla y entretenida porque el paisaje es bonito y variado. Nos gustó especialmente ver el pantano de Vallfornés. Pasar cerca de un pantano le da un encanto especial a la ruta.

En cuanto al tiempo de duración de la ruta, nosotros tardamos más de cuatro horas en ir y volver.

INICIO DE LA RUTA

Son muchas las páginas que hablan de esta ruta, pero nosotros seguimos al pie de la letra la descripción que se da en la web Xiruca  porque nos pareció muy bien detallada. Podéis descargaros un PDF y también el track. Nosotros fuimos en coche hasta el aparcamiento de Dos Torrentons, que es el más próximo al inicio de la ruta.

La ruta empieza en Cànoves i Samalús .Al llegar a la plaza de esta población, deberéis seguir dirección Embalse de Vallfornés. Siguiendo esa dirección, veréis un aparcamiento que se llama Can Domenech. Si decidís dejar aquí el coche, tendréis que andar algo menos de 2 km. Parece ser que el camino desde Can Domenech hasta el inicio de la ruta es muy bonito porque se pasa por puentes que cruza un riachuelo.

Nosotros nos arriesgamos y seguimos adelante hasta el aparcamiento que está muy cerca del pantano y digo nos arriesgamos porque es muy pequeño y según a qué horas es muy difícil aparcar. El aparcamiento no es gratuito. Son 3 euros los fines de semana y festivos y si la memoria no me falla no se puede pagar con tarjeta.

VISITANDO EL PANTANO DE VALLFORNÈS

Después de dejar el coche, seguimos la pista que asciende muy suavemente hacia el Pantano de Vallfornès. Es una pista ancha y por ella vimos pasar, aparte de mucha gente, muchas bicicletas e incluso gente a caballo.

Veréis a la derecha un cartel que pone Can Cuch (a 1,7 Km) y Masía de Vallforners (a 3,8 km). Atención, no hagáis caso a este cartel. Este camino lo cogeréis cuando vayáis de vuelta. Ahora de lo que se trata es de seguir recto por la pista en la que estáis hasta alcanzar la cabecera del pantano (siempre a vuestra izquierda).

UNA EXCURSIÓN PERFECTA PARA FAMILIAS

A la altura del final del pantano encontraréis una bifurcación. Debéis coger el desvío de la derecha y seguir la pista, que sigue el curso del riachuelo. Aquí empieza el ascenso más pronunciado, aunque tampoco es exagerado. Es el tramo más sombrío, pero tiene mucho encanto. En verano, debe ser muy agradable. Nosotros hicimos la ruta en invierno, pero afortunadamente no era un día muy frío.

No os preocupéis si la explicación os parece poco clara porque veréis carteles que os indican el castaño. Además, es una ruta bastante concurrida, de manera que quizás no necesitáis ni consultar el track. Siguiendo esa pista llegaréis hasta el castaño y veréis también una indicación de la Casa del Bosc, que es un restaurante.

CASTAÑO CAN CUCH

Para bajar al castaño hay unas escaleritas a mano izquierda. El castaño fue declarado árbol monumental por sus casi doce metros de perímetro y nos 15 metros de altura. El Castaño de Can Cuch es el árbol de de más perímetro de Catalunya y el más famoso del Montseny.

Parece ser que había sido habitado por un carbonero, que según dicen, había puesto una mesa, asientos, una cama y hasta una chimenea. A mí me hizo gracia entrar, me recordó una de esas casas que veíamos en las ilustraciones de los cuentos de Winnie The Pooh.

UNA PASEO A PIE FÁCIL PARA IR CON NIÑOS

Para regresar al coche, volvimos al camino por el que habíamos llegado y cogimos la segunda bifurcación (la primera después de ver el cartel de la Casa del Bosc). Según esto, tomamos la pista que asciende a nuestra izquierda para ir hacia Can Cuch hasta llegar a un torrente, dejando otra bifurcación que asciende a nuestra izquierda, tal como indica la ruta antes mencionada.

Pasado algo más de un kilómetro, tomamos otra bifurcación de la pista a la derecha y llegamos hasta Can Cuch, un hotel que, desde fuera, tiene una pinta preciosa y que, además está en un lugar espectacular.

Al pasar el hotel, tenéis dos opciones: si seguís hacia la derecha os encontraréis con un descenso muy pronunciado que llega hasta el aparcamiento. La otra opción es seguir hacia la ermita de Sant Salvador de Terrades , que está a menos de un kilómetro.

Después de unas dos horas de dejar el castaño, llegamos al coche. Fue una pena no haber podido disponer de más tiempo porque nos quedamos con ganas de ver la ermita neogótica de Sant Salvador de Terrades y también nos hubiera gustado haber descansado al lado de la riera que hay junto al aparcamiento.

Esperamos que disfrutéis de la ruta. Si os gustan nuestras escapadas, no dudéis en consultar otras de nuestras propuestas: ESCAPADAS Y EXCURSIONES CON NIÑOS

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