Hace unas semanas estuvimos en un santuario animal de El Vendrell (Tarragona) llamado Món La Bassa y, sencillamente, nos encantó a todos. El espacio es más grande de los que nos esperábamos, los animales súper cariñosos y las voluntarias muy amables. En definitiva, una experiencia más que recomendable, porque aparte de ser divertida, muestra a los más pequeños una forma respetuosa de relacionarse con los animales.

SANTUARIO ANIMAL MÓN LA BASSA

¿Qué es Món La Bassa?

Món La Bassa nació en el 2007 de la mano de Laia Galeano con el objetivo de dar una segunda oportunidad a animales rescatados de situaciones de explotación o maltrato. Básicamente lo que vimos fueron cabras, ovejas, burros, una yegua, alguna gallina, vacas y sobre todo, muchos, muchos cerdos. En definitiva, es un refugio o santuario donde conviven en armonía básicamente animales “de granja” y hay nada más y nada menos que más de 300.

Tiene además un propósito educativo, ya que pretende difundir y defender el bienestar animal.

Visitas a Món La Bassa en familia 

La visita para el público general es solo domingos de 11:00 a 13:00. La donación mínima por persona es de 5 euros y, la verdad, es que en este caso no sabe mal pagarlos porque sabes que gastos veterinarios y manutención de los animales necesita de ese dinero y más.

Ahora os explicaré cómo funcionan las visitas y qué vais a encontrar:

El coche lo dejamos al lado del refugio, que está al lado de unos campos. Al llegar, esperamos junto a más personas unos minutos hasta que salieron personas que habían entrado antes. Cuando nos tocó entrar, una voluntaria nos explicó un poco el funcionamiento, nos habló también de alguna que otra historia de los habitantes del refugio y compramos un vasito con comida para las cabras. Después de eso pasamos ya al recinto vallado donde nos encontramos un montón de cabras simpatiquísimas y vimos un par de vacas.

También ahí nos acercamos a Kiwi, un cerdito del que luego os hablaré y vimos algunos cerditos más. Quizás ahí es donde estuvimos más rato porque las cabras se acercaban continuamente y se dejaban acariciar. Después pasamos por otra puerta para acceder a una zona donde había muchos burros y una yegua (Taques).

En esa zona tan amplia, hay otro cercado donde hay muchísimos cerdos. Incluso le han puesto a ese recinto nombre: “Cerdilandia”. La verdad es que no pregunté, pero supongo que muchos de esos cerdos deben ser fruto de esa moda de tener cerdos vietnamitas, aunque no lo sé. A esa zona no  pudimos acceder, pero la verdad es que vimos muy de cerca a los cerdos, que, curiosos, se acercaban a la valla.

ACTIVIDADES FAMILIARES Y EVENTOS

Aparte de visitas al público en general, Món La Bassa ofrece visitas a escuelas y también organiza eventos, siempre con la mirada puesta a difundir entre los más jóvenes el valor del respeto hacia los animales porque el saber relacionarse con los animales y empatizar con ellos, contribuye al desarrollo emocional de los niños. Son fiestas que se celebran en el jardín de la masía en las que todo el mundo puede pasar un buen rato viendo los espectáculos, probando la selección de comida vegana, bailando, disfrutando del buen ambiente…  Se organizan durante todo el año y celebran Navidad, Castanyada, Haloween, Primavera y Verano. El dinero generado en estos eventos está destinado al beneficio de los animales que viven en el refugio. La info de los eventos las cuelgan en sus redes y web.

Animales con historias

Los habitantes del refugio tienen todos nombre y su propia historia. Como no podía ser de otra manera, son historias tristes, pero al acabar la visita uno siente cierto optimismo. Por no alargarme mucho, explicaré tan solo tres historias. La de Kiwi,Kiwi es un cerdolí, esto quiere decir que es híbrido de jabalí y cerdo vietnamita. Su madre llegó preñada a Món La Bassa, así que Kiwi ya nació en el refugio. Nos pareció muy entrañable porque no puede caminar bien debido a una parálisis de sus extremidades posteriores. Nos pareció muy dulce y muy tranquilote y se dejó tocar sin problema. Parece ser que le encanta la fruta cortada y que le rasquen la barriga.

Mari Carmen es una vaca frisona rescatada de la industria lechera. Es tranquila, buenaza y una de sus mayores aficiones es chupar la cara de todo aquel que se le ponga cerca.

Taques es una yegua que fue rescatada por la Asociación en Defensa de los Équidos (ADE). Como consecuencia de una enfermedad degenerativa, es ciega, pero la vimos súper integrada en la manada.

INFORMACIÓN ÚTIL MÓN LA BASSA

Web: Món la Bassa

Horario para público general: domingos de 11:00 a 13:00.

Tarifas: donación mínima de 5 euros.

Cómo llegar aquí.

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